Verás... Un romantizador de letras nunca podrá ser lo que esperas. Seré impredecible en sus juegos, me haré de vista ciega para cuando decidas no voltear, imaginaré lo pactado sin dejar que el presente se figure en forma de disparo.
Nada ha sucedido, aún estoy aquí a tu lado, ¿ves? Es realmente fácil usar el don que se me ha otorgado para imaginar qué habría ocurrido en distintos escenarios. Partiendo de un error, digo:

Crecerás, mediocre fuente de inspiración serás cuando me encuentre solo. Tu presencia fue fugaz, el sentimiento contemporáneo decidió arrancar las páginas donde debería haber escrito su historia, no murió, te lo aseguro, porque aún en uno de los dos sigue vivo. Puede que simplemente se haya transfigurado en algo poco deseable desde el principio, cabizbajo se vio al darse cuenta de que se traicionó de una manera que podría corromper la percepción de sí mismo.

¿Te ayudé? Creo haberlo hecho, parecías estar bien, con tus frecuentes recaídas, incluso con eso mantuviste la mirada al frente, pero no vi que al levantarte tu visión no estuviera dirigida hacia mí. Tuviste claro tus objetivos, fue admirable lo que hiciste, quise estar ahí para verlo. Respeto tu decisión, aunque eso implique abandonar el barco que yo construí.
No será suficiente con haberlo superado, con tu magia y mi arte se creó el baluarte de aquel farsante que dijo amarte. Conocerás estrellas que no podrás apreciar una vez que su resplandor haya desaparecido.
Recordarás momentos que el tiempo irá poniendo en tu camino, encajarás las piezas faltantes del puzle con tus propias experiencias. Y así, una vez hayas seguido todos los pasos, querrás que el brillo de mi supernova ilumine el camino de los hijos que no tendremos.