...

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El señor Pérez.
Es multimillonario a base de dientes de leche,
adquiridos a cada padre por unos vintenes,
él siempre estuvo celosamente al aceche,
acumuló toda una fortuna el juna gran siete.

El ratón Pablo Pérez es mi fiel acompañante,
es ambicioso, pero no posee malicia,
es un bichito tan grácil e inteligente,
llamó la atención de la orden cardenalicia,
jamás les tuvo miedo, es un gran valiente,
le persiguieron su patrimonio con codicia,
el señor Pérez fue expeditivo de mente,
el muy ladino los garroneó de antemano,
su emisario al papa le llevó una franquicia,
y les compró las acciones del Banco Vaticano,
les agarró de las bolas, rezan las noticias,
que les embobeció con su fino piano,
ligero resultó ser, les llenó de caricias,
se les adueño del dinero el artesano,
la orden que cometía impunes injusticias,
dejó obligada la clase de las familias patricias,
y durante centurias el gran señor Pérez,
les tuvo comiendo de sus manos a las sabandijas.

Marcelo, ¿acaso estás haciendo mi biografía?
vas a tener que pagarme los derechos de autor,
te puedo llegar a contar tanto de esa mafia
infundieron su terror, escondieron su honor,
hasta que corté los fondos a esos inmundicias,
desde ese día por mí no tuvieron más amor.

Pablo, ¿es cierto que el papa te besaba la mano?
y que era casi, casi que tu miserable esclavo?
Marcelo, lo llegué a tener en un pantano,
nunca tuve con él un solo gesto afectivo,
llegué a elegir uno por uno a los ancianos,
¡habemus papa!, yo gritaba comiendo trigo,
un día me dieron un cóctel bien explosivo,
y desde ahí me expropiaron mi banco,
y me nombraron como su primer enemigo.
me dejaron casi de una mano manco,
por temor a ellos perdí a mis amigos,
¿entendes por qué no son mis “chamigos”?

Volví a mi negocio de dientes de leche,
ilusionados los niños me los dejaban,
y de nuevo otra fortuna yo abroché,
y volví a tener mis cinco minutos de fama,
ilusionados el día los niños esperaban,
yo me llevaba los dientes de sus camas,
los papás unos vintenes les dejaban,
esa era mi escudriñada trama.

¿Mis padres me dejaban la guita?,
y vos te llevabas mis dientes de arriba,
se me está cayendo ahora tu figurita,
de dientes de leches debes de tener estibas.
Marcelo, los fundo y les vendo a los dentistas,
soy multimillonario gracias a esa resina,
pero poco a poco perdí la materia prima,
a caído en desgracia lo de los dientes,
los padres ya no enseñan esa ilusión,
estamos en un nuevo siglo tan diferente,
los papás ya no les transmiten mi canción,
la tecnología me ha superado, es evidente,
me he ido esfumando al no tener difusión.

Es penoso ver como se acaba la inocencia,
ahora nacen sabiendo de ordenadores,
en ese mundo impera hasta la violencia,
¡hoy virtualmente ya existen hasta amores!

Pérez, aprovecha ahora a comer hinojo,
yo ya estoy viendo una bandera flamear,
cuando a Putin le dé por apretar el botón rojo,
va a tirar una pequeña bombita nuclear,
después de esa, cualquier cosa puede pasar.

*guita: coloquial del Río de la Plata. Dinero.
© ®MaFerSca