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ZOANTROPÍA
El horizonte me atrae para admirarlo, me avisa de algo acercándose, la Luna me escucha...
"Parezco no estar solo", pienso.

Estoy perdido, me veo estar en otro mundo, no quiero hablar de qué tan despersonalizado me sienta, no hay alguna necesidad de distinguir mi realidad de lo intangible, a veces quiero saber el porqué, luego; me doy cuenta que lo he olvidado hasta recordar.

No sé la razón por la que estoy experimentando esto, puede que queme, puede que duela, puede que me haga reír, puede que me sienta feliz, pero la realidad, la que considero estar, por supuesto, es solo saber vivir y no existir.

Esa misma noche en la que suelo reposar mi cuerpo en el borde del precipicio, me hallo tumbado acompañado de la Luna que penumbra mi salón.
–Dame una señal, por favor–.

Siento tranquilidad inmensa y es ahí donde ocurre "eso", maldición o no, es extrañamente agradable. Breves recuerdos específicos con increíble claridad vienen hacía a mí como estrellas fugaces.

–Han pasado Eones– Tomo de referencia.
Suceden cosas que nunca se imaginan vivir y es ahí donde, de forma inquietante; vuelvo en mí y lo acepto por décima vez al día.
–He crecido–.

No me esperaría más, no me esperaría menos, es un sentimiento desconocido, es interesante encontrarte con personas que te aportan de alguna forma lo que tenías perdido.

¿Introspección y pragmatismo?
Rio porque no lo sé. No sé que está pasando, y el motivo, solo sé que algo está transformándose. Puede requerirse de una fuerza de voluntad misteriosa, al ojear un nuevo libro, al levantarse de la cama por otro lado, al comer algo diferente, al ayunar, al hacer otras actividades, parecen cambiar la vida en la que suelo apodar "Matrix".

Volverse consciente de que, por más ficción que parezca ser, puedo afirmar que el cambio de dimensión es genuino y, no espero que me crean, solo comprender que donde hay barreras, es netamente la división de algo que sigue, algo infinito lleno de posibilidades...

–Algo que jamás olvidaré–, por supuesto.

Parezco perderme en mí, ¿ausencia? no, disgusto de conclusiones, ahora sé que lo único que importa es sentirte pleno, sentirte vivo, el conocimiento también te lleva a la perdición. Pero, entre más consciente eres también te lleva a ti, vas enlazado con la felicidad, entonces, ¿vale la pena saber tanto?

Esa y miles de preguntas gustosamente saldrían de mi boca cuando aquellos señores y niños vienen a mí al preguntar con tono inusual aquel comportamiento en el que mis ojos se ven reflejados.

–Pienso–.
(...)
–No, es un capullo–.

Puedo decir que, no espero entenderme ni que el resto comprenda el origen de mi pensamiento ni la emoción que esto alberga en mi sentir, porque, en lo que queda, tampoco sabría responder. Si no lo sé yo, ¿por qué mi "yo" sí?

–Insensato–. No, suspiro ligeramente, no sé cómo decírselo Doctor. Pero temo que hay una posibilidad en la que me encuentre dormido eternamente, viviendo eventos pasados antes de desaparecer o al menos, de volverse en un bucle sin fin. Creo saber la existencia de la infinidad, pero tampoco es que la entienda.

Mira con extrañeza y ruega por explicación.
Me inmuto al analizar su observación para reírme otra vez.

–No es nada–. Menciono, no es algo que valga la pena saber.



© Aztrodead