...

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Sigilos: Ritual
Tres o cuatro calderos hirviendo
suenan como rostros inmóviles
Y todo cuanto veo es la mirada profunda de la miseria.

Las manos que no han sabido tocar la nada
no pueden imaginarse el cielo rompiendo en tu boca
o la niebla llamando en el suelo
con la silueta resquebrajada.

Hoy son cientos de gritos que rondan estas cruces
Y tantos los llantos que talan estos dioses de barro.

Sin embargo tus ojos se cierran por siempre en este instante sagrado.


© antonio.vautro