...

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Mon amour.
Siempre nos quisimos desde niños, pero sabíamos que lo nuestro sería visto como pecado.

Lo intenté, me alejé, pero no funcionó.

Las fuerzas del destino tenían planeado unirnos otra vez.

¿Acaso no hay amor para mí en este mundo?

Eran tan mágicos esos momentos, aún los recuerdo...Yo era caperucita roja versión inocente y, él, el lobito cariñosito.

Al pasar el tiempo, no obstante, dejamos esos juegos de niños y cada uno tomó su camino, pero nuestras vidas se volverían cruzar y nuestros lazos se harían mucho más fuertes.

Parte: uno el reencuentro

La química todavía estaba, no se había perdido. Él me platicaba de todas sus vivencias en otros lugares, yo igualmente le platicaba de mi vida.

Pasamos horas y horas hablando del uno y del otro que ni veíamos el reloj, así que le invité a mi casa para que pasara unos días allí.

Una mañana, sin quererlo, le ví ducharse y mi mente se dañó por completo al ver su cuerpo sin ropa, mi piel se humedeció, pero no porque tuviera miedo que él que me descubriera observándole; al contrario, era una sensación orgásmica, un hambre atrasada. Tenía hambre de él y tenía ganas de ser yo el jabón que recorre todo su piel.

Le deseaba como hombre y, sin aún saberlo, él también a mí.

El erotismo empieza en la mente y esas imágenes no las podía borrar, por más que intentara distraer la mente. Ésas me...