Has puesto todo tu corazón y tu esfuerzo en revivir algo que antes merecía la pena, pero te has equivocado. Has intentado reconstruir algo que podía haber sido algo bueno; y aunque duela saber que la voz de tu cabeza tenía razón cuando te decía una y otra vez que iba a salir mal, lo has intentado. No pasa nada, mirate bien, jamás pensaste que llegarías hasta aquí y lo has hecho: has mirado al miedo al dolor directamente a los ojos y lo has abrazado con todas tus fuerzas.... Porque esta vez merecía la pena intentarlo; al menos intentarlo.
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