Me retiro
En los pliegues de la vida, donde el tiempo se desvanece y las sombras se alargan, existe un hombre que se retira. No es un adiós, sino un paso atrás, una pausa en la danza frenética de los corazones.
Este hombre, con la mirada cansada y la sonrisa gastada, ha aprendido a valorarse. Se da su espacio como quien se aparta de la multitud para contemplar las estrellas. No busca la aprobación de otros, ni se aferra a las promesas rotas. Ha descubierto que su valía no depende de las palabras dulces o los gestos efímeros.
Y ella, la mujer que no le hace caso, es un enigma. Sus ojos esconden tormentas y sus labios, silencios. Él la observa desde la distancia, como un navegante que divisa una isla inalcanzable. Pero no...
Este hombre, con la mirada cansada y la sonrisa gastada, ha aprendido a valorarse. Se da su espacio como quien se aparta de la multitud para contemplar las estrellas. No busca la aprobación de otros, ni se aferra a las promesas rotas. Ha descubierto que su valía no depende de las palabras dulces o los gestos efímeros.
Y ella, la mujer que no le hace caso, es un enigma. Sus ojos esconden tormentas y sus labios, silencios. Él la observa desde la distancia, como un navegante que divisa una isla inalcanzable. Pero no...