(Éste poema es algo diferente, atrevido, loco, divertido, subido de tono pero también puro e inocente... He querido reflexionar sobre las cosas verdaderamente
importantes, mucho gracias a lo que he aprendido de mi reciente lectura de el principito, sobretodo a sacar nuestro niño interior, oír su voz y nunca perderlo,
porque tiene mucho que enseñarnos, y como le enseñó el zorro al principito: "Las cosas verdaderamente importantes y valiosas de esta vida no se ven con los
ojos, sólo se pueden ver y apreciar con el corazón...")

Juguemos!

Quiero proponerte algo: Juguemos! Sí, dejemos a un lado la monotonía de los quehaceres diarios y las tareas pendientes y la seriedad y amargura que tanto
nos distingue ahora cómo adultos de cuando éramos niños inocentes...

Vamos a jugar, aunque suene loco, vamos a recuperar la inocencia perdida, vamos a reír, vamos a llorar o a bailar vamos a recordar lo que realmente es la vida
Sin preocupaciones, sin estrés, como cuando éramos pequeños, y es que nosotros mismos fuimos así, pero ahora nos parece lejano como un sueño

Solos tu y yo, en nuestro mundo, juguemos como niños a juegos de adultos, al fin y al cabo la vida, el amor, los buenos recuerdos, se formarán de cuánto
hemos disfrutado con quiénes queremos, no creo que lo trabajado o la rutina sea lo que al final de nuestros días recordemos

Me atrevo a decir dudar que podemos pasar un día entero sin trabajar, sin limpiar, sin la eterna lista de tareas terminar, pero ahora considero que un día está
perdido, si no lo hemos aprovechado juntos,
si...