Personas van, personas vienen, cosas pasan pero no sanan, ha sido destruida con sus palabras. Saber que no serás la misma persona al escuchar su crueldad, es solo un sentimiento irreversible, el cual es incapaz de volver a sentirse amado y querido, esperar eso de cualquier persona pero no de aquel pájaro que solía cantarte en las mañanas para abrir tus ojos. Y luego; con un sentimiento grotesco, acabar con lo que apenas estaban construyendo, como si fueran materiales de madera y palos, cuentos como un nido en un árbol inmenso. Algo más fuerte que un terremoto, algo más intrépido que un huracán, un remolino salvaje lleno de fuego siendo incapaz de dejar cenizas...

Has sido marchitado como una flor en periodo de vejez, cuando podrías solo mirar los rayos del sol y la luz de la luna, llamándote entre susurros como una canción de cuna.

Extrañarle cuando estaba cuídandote, como si fueras la única pieza de diamante del lugar, el tesoro más valioso de un pirata. Todo cayó, se derrumbó, las ansias, la ilusión han sido destruidas y solo... volver a pensar en eso, surge un vacío amplio y profundo, puedes decir pero jamás sentir... tiene otras prioridades y su preocupación de poder y deseo con lo material le han consumido súbitamente;

Sentir que no encajas, al menos en el núcleo de abejas, ellas mismas que te vieron crecer, está fuera de sí, por supuesto. Al héroe que solías llamar "papá", ahora solo puedes decirle por su nombre. Y, en este momento, no sentir ni siquiera conexión con la colmena; a la misma que llamabas "familia..."


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