Aviso que muero,
que muero sin morirme del todo,
que más que morir sigo carente de vida,
de no saber ni querer,
decirte hasta luego.
Advierto,
que me sobran inviernos
que se me enfrían las manos,
el amor,
el deseo;
que me olvido de hallarte
en este alud de saberme
apenas con fuerzas de avivarnos el fuego.
conozco el rostro morado
y la palidez de los labios,
la disnea que borra
el rosado en los dedos,
en la tristeza siniestra
de un vacío que llena
en el letargo habitable
de la hipotermia en que quedo.
Se me vacían las venas
y tu apenas lo sabes;
Tengo un espasmo tras otro
y una playa sin aves,
escasa sal en mis mares
y superficies de hielos,
entumecido de esperas,
paralizado de miedos;
bajo un sopor, atrapado,
tengo el amor atorado
y no me salva un “te quiero”


Carlos Joel



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