Hacia eones que no sentía,
hacia lustros que no lucía.

Sintiendo la soledad,
descubrí en tí
un cálido atardecer,
que me embriaga
y me llena de luz.

En mi deriva,
descubrí en tí
un hermoso sentimiento,
una pasión brillante
y un acogedor cariño.

En mi camino,
descubrí en tí
que nunca más
estaría sola,
siempre acompañada
de tu dulce calor,
de tu brillante compañía.

Contigo a mi lado,
el mundo entero devoraremos
a nuestro paso.



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