Acerca de todo en la nada...
Cuando la brisa se haya silenciado,
entenderán que se ha ido el viento añorado,
el que deseaban que cesara su canto,
sin apreciar su esencia, su llanto guardado.
Quizá murmuraban de aquel viento sincero, decían que es solo un cero,
sin ver su valor, ni su aliento ligero,
decían que ese viento no tenía utilidad,
que era solo un número que no sumaba en realidad.
Mencionaron que solo fue un error, era mejor que se esfumara,
fue solo huellas en la arena que el tiempo borrará.
Añadieron "no habrá pena si se desvanece,
es como un eco lejano que en silencio se mece".
Cuando el viento se haya ido,
entenderán que aunque lo busquen en todo lugar,
no volverá a estar,
se fue al otro lado del mar,
donde ya no se puede soñar,
ni hallar en susurros lo que antes fue hogar.
El viento no fue dueño de nada material,
pasaba en lugares prestados, siempre en el umbral.
Hizo lo posible para alcanzar el firmamento,
el éxito, pero el cielo es cambiante, un tormento.
Las voces pueden opacar lo que parece brillante,
en un instante no, toma tiempo, es constante.
Que el vacío no tiene a veces fundamento,
es un eco que se pierde en el tormento.
El viento tuvo pocos amigos,
muchos conocidos que lo llamarán
"el querido viento perecido".
La brisa pasará sin prisa,
la que puede irse prontamente,
y ser un recuerdo de repente.
Las palabras hirientes destruirán las más grandes pendientes,
decirle fracasado al viento no podrá retroceder el tiempo,
cuando se haya esfumado en el aliento del momento.
Habrá cesado el respirar del viento
que dijeron no trabaja, no da sustento,
es solo un peso, un cargamento, de descontento,
sin él seremos felices, es solo un viento.
Siento que es tiempo de preguntar:
¿En ese lugar puede la rosa, aún joven y fragante,
enamorarse de una flor marchita y distante?
¿Hallará el lirio envejecido, amor en su melancolía, antes de ser desvanecido,
como un río que busca su cauce y su armonía?
¿Se sorprenderán los seres que vieron,
ecos de risas, en la cornisa de ese paisaje contento, que se ha ido en la tormenta siguiendo al firmamento?
¿Tiempo, o sin momento, será tarde o se darán cuenta que el ser que daba ánimo,
a los demás y reía con frecuencia,
y parecía estar en calma y tranquilidad,
tenía una tempestad que lo llevó a naufragar?
Quizá el barco zozobró, pues no quería llevar
consigo a otros seres, para que puedan descansar,
y así no molestar, aunque haya muchas olas
en el mar, que amenazan con su fuerza y afectan el bienestar.
Muros que sostienen su fuerza con fe,
como un árbol cansado que muere de pie.
Cuando se haya ido quien podía abrazar,
y el guijarro se torne en un eco a olvidar.
¿Nadie verá lo humano en este lugar,
que se siente tan vano, como un eco al pasar?
¿Puede el lirio, rechazado, aún recibir amor,
como el sol que se asoma...