El cuerpo sacro de Dios ha caído inerte
desde el firmamento.
Los ángeles más resplandecientes y honorosos
libran batallas impúdicas contra seres impalpables
en la casa decadente del infecto Dios.

Las trompetas resuenan insoportables
al ritmo del lacerante tambor omnipresente.
Serafines y Querubines perecen
ante la mirada del Cordero de Dios.
Una inmolación angelical llueve carmesí
a través de batallas celestiales,
mientras la corrupción penetra todas las esferas del cosmos.

El ángel caído se levanta de su reino subrepticio,
liderando su horda espectral y demoníaca.
Los príncipes infernales nadan sobre inmundos leviatanes
a través de las nubes oprobiosas.
El Cordero de Dios y el decadente Lucifer
se han unido en un ejército en el paraíso,
luchando impetuosamente contra una amenaza ignominiosa

e insoportablemente colosal.
© Angelo Chacón