...

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Peregrina
¡Tiemblo!

La incertidumbre de tu adiós
es mi noche más negra,
y la camino, temerosa,
casi a ciegas Amor,
casi a ciegas.

Clamo tu nombre
y en la penumbra nocturnal
retumban los salmos que te canto,
devota, adoradora,
incesante.

Mi mano, hogar de una velita,
lucecilla tenue como la esperanza;
tímidamente encendida,
titilando mi desasosiego...
Parpadeando, mis consecuentes desaciertos.
Apenas entibiando,
el interminable desencuentro.
© Minna Gabriela Copyright/Todos Los Derechos Reservados