En la penumbra del recuerdo, se hallaron sus miradas,
Él, cautivado por su luz, en su corazón la llevaba.
Desde ese instante, su ser quedó prendido,
mientras ella, ajena, en su propio dolor se sumió.

A través de las estaciones, su amor floreció en secreto,
cada gesto, cada palabra, un tesoro en su universo completo.
Él, su amigo fiel, velaba en silencio por su bienestar,
mientras en su alma ardía un fuego difícil de apagar.

Cada lágrima que ella vertía, él la secaba con ternura,
cada sonrisa que ella mostraba, en su alma brillaba pura.
Él le ofrecía su amor sin medida ni condición,
pero en su corazón, solo había espacio para su antiguo amor.

Cuando la verdad finalmente se reflejó en sus ojos,
ella comprendió el sacrificio detrás de tantos despojos.
Demasiado tarde entendió su valía,
pero él, exhausto de esperar, partió con melancolía.

En el susurro del viento, se llevó su amor eterno,
un amor que trasciende más allá del tiempo y lo externo.
Y así, en la despedida final, se desvaneció su amor,
en un suspiro silencioso, perdido en la inmensidad del cielo mayor.

© Leley "Blue"