...

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Quebracho quebrantable.
El viento fue cómplice de mis deseos muertos
No habrá un nosotros si la cascada nunca cesó
Me creía un roble firme pero en realidad se rompió
Mis lágrimas siguen cayendo y la lluvia jamás empezó.


Te cedí un lugar en mi allanado corazón vacío
Las palabras un hastío qué en mi pecho hicieron ruido
y desbordaba mi sonrisa cuando escribíamos poesías
qué ahora se ahogaron, me extinguiste las rimas.


Tallé la esperanza en pedazos de tiza acuosa
Escondí la katana y practiqué con falsas rosas
Dónde veía suerte el demonio me advirtió qué corra
Los ángeles dieron media vuelta, ya no había tal forma.


Aprendiendo mi propia historia en ésta vida corta
Quizás fui muy rápido que ni siquiera vi la derrota
En barrotes oxidados hallé el por qué de mis notas
Todo lo que nos dijimos, una farsa en banca rota.








© Azhex