El cursor me espera
a que empiece a contar
esta historia que de repente
surgió de los labios de ella.

Su sonrisa pronto fue mutando,
volviéndose tristeza,
sus ojos se llenaron
y sus mejillas fueron una ladera
por donde corrió una
cascada de lágrimas.

Sus manos temblorosas
mientras lee los mensajes
que se ha intercambiado con el,
su voz emocionada
y a la vez confundida
no entiende la situación,
su corazón rebosante de amor
no es suficiente para
convencerle a él,
los reclamos,
las respuestas cortantes
le rompen el corazón
cuando ella solo
ha ofrecido amor.

Extrañada se cuestiona,
sobre en qué ha fallado,
pero no entiende cómo,
solo piensa en su amante
y no logra sacarlo
de su ser.

Su indiferencia le lastima
solo quiere que él
dé un paso más
para terminar con esta
honda agonía.

Guarda la esperanza
de que puedan volver a hablar
y dar claridad a aquello
que los tiene lejos,
sé que ella no es culpable
de absolutamente nada.

Sólo son dos niños
que empezando a vivir
no pueden manejar
las situaciones
y sucumben presos
de sus emociones.

Le digo que se calme
que mantenga abierto
su corazón mientras lo espera,
que más pronto que tarde
se dará cuenta que
ella es lo más valioso
y puro que la vida
le pudo ofrecer.

Una pizca de sonrisa
detiene sus lágrimas
y un poco de ánimo
es lo que le hacía falta
para esperar un nuevo día,
donde esperar
a que pronto sea él
quien de el primer paso,
y saque de una vez
este amor de su encierro
y vivan los dos sin barreras
esta pasión
que no puede con ellos.

© José Luis López C.
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