Pesantez estertor
Mirada rota fecunda la
pesantez agónica de la materia;
mientras un ser desdichado
se encuentre en guerra,
la energía que orbita dentro de sí mismo
evoluciona dentro del caos para
encontrar una calma espontánea
que al final no llega.
El alma ya dañada son escombros...
¡Pero hay belleza!
Trinchera diseñada para no
dispararme como traidora por
la nuca cuando haya tristeza.
El tiempo ya no cura;
heridas que inmuto;
enmudecidas divagan sin asunto;
hurtando cada lágrima que
engrandece mi mundo.
Y es...
Subjetivo;
demente;
choca distintivamente sobre
mi vera del despojo.
Con destreza estos ojos,
alojan perezosamente lo que expreso y
sin apuro esperan suavemente
una caricia cálida en la fila de
un prominente suicidio,
negativo para la sociedad positivista,
pero mi salvación para silenciar los gritos.
Una innegable pobreza de mi consciencia y
aunque exista en mi conciencia
información superficial para lidiar
con este dolor que insinúa mi derrota,
la torpeza que ronda en mi mente
detona como una gigantesca bomba,
que lanza clavos oxidados...
Se clavan con entusiasmo,
como cuando ves una rosa bonita y
por no pensar tus palmas ya están
cubiertas de espinas y están sangrando.
Pero...
No me interesa;
obtengo rareza por ser
quizás un poco masoquista.
Llega sin impedimentos la conquista;
pensamientos como una orquesta
que melódicamente acompaña
mi infelicidad distinguida.
¿Para qué engañar mi laberinto confuso
con flores vivas?
¡Si están...
pesantez agónica de la materia;
mientras un ser desdichado
se encuentre en guerra,
la energía que orbita dentro de sí mismo
evoluciona dentro del caos para
encontrar una calma espontánea
que al final no llega.
El alma ya dañada son escombros...
¡Pero hay belleza!
Trinchera diseñada para no
dispararme como traidora por
la nuca cuando haya tristeza.
El tiempo ya no cura;
heridas que inmuto;
enmudecidas divagan sin asunto;
hurtando cada lágrima que
engrandece mi mundo.
Y es...
Subjetivo;
demente;
choca distintivamente sobre
mi vera del despojo.
Con destreza estos ojos,
alojan perezosamente lo que expreso y
sin apuro esperan suavemente
una caricia cálida en la fila de
un prominente suicidio,
negativo para la sociedad positivista,
pero mi salvación para silenciar los gritos.
Una innegable pobreza de mi consciencia y
aunque exista en mi conciencia
información superficial para lidiar
con este dolor que insinúa mi derrota,
la torpeza que ronda en mi mente
detona como una gigantesca bomba,
que lanza clavos oxidados...
Se clavan con entusiasmo,
como cuando ves una rosa bonita y
por no pensar tus palmas ya están
cubiertas de espinas y están sangrando.
Pero...
No me interesa;
obtengo rareza por ser
quizás un poco masoquista.
Llega sin impedimentos la conquista;
pensamientos como una orquesta
que melódicamente acompaña
mi infelicidad distinguida.
¿Para qué engañar mi laberinto confuso
con flores vivas?
¡Si están...