Y después de tanto tiempo nos volvemos a encontrar. Quizás sea que ya los 30 están a la vuelta de la esquina, o porque hace rato que no fumo ni bebo, o porque aún estoy en busca de la que se quede conmigo.

Ahora me encuentro sentado en el metro de vuelta a casa y tuve una de esas epifanias de las que todo el mundo habla pero de las que pocas veces ocurren en la vida.

Sin hacer más largo el cuento. Estuve pensando en el pasado, con las personas con las que he estado, en los lugares que visité con ellas, en mi niñez, en mis padres, en mi, en mi físico, en mis virtudes y defectos, y luego caí en cuenta en una cosa.

El título. El reflejo en el espejo. Mi mente, mi psique o como lo quieras llamarlo, acepto por fin el yo mismo, con todo lo que conlleva. Luego de esto, noté como mi cara se relajó, como que todo ese estrés guardado se disipó.

Veremos mañana como me despierto.

© DrZoiberg