No me desvistas para quitarte las ganas,
no permitas nuestras lenguas encontrarse,
no dejes que piel con piel se tocase,
mucho menos entres al paraíso prohibido,
del cual intento apartarte.

No te deleites con el éxtasis,
ni con el néctar que hay en las puertas del infierno,
no te fundas en la excitación del deseo,
tampoco pruebes el sabor de mis besos
o escuches la melodía de mis gemidos.

No intentes recorrer el camino prohibido,
ni busques en el mapa de mi cuerpo,
aquello que muchos llaman el tesoro escondido,
mucho menos lo encuentres con tu lengua,
porque realmente llegarás a dominar mis sentidos.

Me convertiré en tu sumisa,
con tal de disfrutar de esa descomunal pasión,
me dominarás cual Diosa y me sacarás de quicio,
desatarás tormentas,
en un palacio que hay bendición y condena.

Liberaras mis perversos deseos,
y por lujuria y perversión abriré mis puertas,
para que te embriagues de fantasías,
para que sacies tu sed de mis aguas,
aguas de un manantial prohibido y me sometas.

Dejaré que devores mi cuerpo de principio a fin,
que liberes mis demonios en éxtasis,
que me dejes temblando en el paraíso del inframundo,
que me condenes con tus encantos lujuriosos,
y vuelvas a perderte en este oscuro sueño perverso.


                                              Y despierto...


© Tizianaa