Hay un astro luminoso
que a veces aquí se asoma.
Cuando esa pupila clara
Se deposita en mis escritos.
Derrite el hielo su sonrisa
Que estática permanece,
Y acontece la fragancia
Que imagino como rito.

Hay dos lunas esta noche
Compiten por la beldad,
Iluminando este rostro
Que ha permanecido a oscuras,
Soy adicto a contemplar
Su semblante inamovible
Con una voz inaudible
Que yo mismo reproduzco.

Ya no observo el cielo
Para contemplar estrellas,
¿De que sirven astros muertos
Pudiendo mirarla e ella?,
Silencioso admirador
Poeta del dolor eterno,
Que abandona el cruel infierno
Los segundos que te observa.

E imagino un suave viento
Que trasmite tus palabras,
Melódico tintineo
Que hace que cierre los ojos,
Y recojo los pedazos,
Retazos de mil historias,
Imaginando interacciones
Que nunca van a ocurrir.

Que locura este sentir…
Así somos los poetas…
Nos inventamos amores
Que nunca van a existir.
Quizá sea para escribir
O porque estamos todos locos,
Más si soy loco encerradme,
Seguiré pensando en ti.

© M.Aokigahara