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Antesala de la muerte
El café se enfrió
y el florero quedó vacío
de las flores silvestres con las que te cubrimos al despedirte.
Entretanto la familia se achica
y los silencios se agrandan.
Las ausencias reemplazan a las voces, a las risas y los ladridos.
Como un recordatorio, una antesala de la muerte, mientras las vivencias se acumulan el tiempo se nos acorta impío.
El golpeteo seco de los cubiertos en la cena rompen los espacios níveos del sonido.
Y nos vamos a acostar sabiéndonos perecederos, frágiles y efímeros.
© Dafne A.L
y el florero quedó vacío
de las flores silvestres con las que te cubrimos al despedirte.
Entretanto la familia se achica
y los silencios se agrandan.
Las ausencias reemplazan a las voces, a las risas y los ladridos.
Como un recordatorio, una antesala de la muerte, mientras las vivencias se acumulan el tiempo se nos acorta impío.
El golpeteo seco de los cubiertos en la cena rompen los espacios níveos del sonido.
Y nos vamos a acostar sabiéndonos perecederos, frágiles y efímeros.
© Dafne A.L
