El Despertar de las Musas
Despierta tú que duermes,
ya no estés más oculta,
a esa necedad sepulta,
pon en marcha la imaginación,
saca a volar tus sueños,
darle rienda suelta a la inspiración
y que los dones sean tus dueños.
Alabada seas ¡OH MUSA ETERNA!
cuán fiera bestia ataca,
como si fueses aire de ventolera
y todo lo sublime saca.
Del más hondo abismo rescata
a esas penas y apatía,
siempre a la maldad desbarata
y convierte el llanto en alegría.
Acompaña a cada artista,
pinta, canta, baila, escribe,
sé con al arquitecto y al artesano,
del fotógrafo y diseñador recibe
todo el poder soberano.
Da música y colores
al gris de la tristeza,
regala el bien de amores
y atácanos con delicadeza.
Aféctanos para afectar,
quiérenos para querer,
nuestra alma restaurar
y motivos siempre tener.
Llénanos de esperanza,
ten seguro a nuestro ingenio,
que infinita sea la confianza
y da calma a nuestro genio.
Te invito a que cuando despiertes
te conviertas en nuestros sueños,
y nunca más te duermas
para que el odio sea pequeño.
El arte a veces muere,
otras veces mata,
y tú ahora eres
la que nuestro corazón rescata.
© Juan Manuel Ledesma Mendoza
ya no estés más oculta,
a esa necedad sepulta,
pon en marcha la imaginación,
saca a volar tus sueños,
darle rienda suelta a la inspiración
y que los dones sean tus dueños.
Alabada seas ¡OH MUSA ETERNA!
cuán fiera bestia ataca,
como si fueses aire de ventolera
y todo lo sublime saca.
Del más hondo abismo rescata
a esas penas y apatía,
siempre a la maldad desbarata
y convierte el llanto en alegría.
Acompaña a cada artista,
pinta, canta, baila, escribe,
sé con al arquitecto y al artesano,
del fotógrafo y diseñador recibe
todo el poder soberano.
Da música y colores
al gris de la tristeza,
regala el bien de amores
y atácanos con delicadeza.
Aféctanos para afectar,
quiérenos para querer,
nuestra alma restaurar
y motivos siempre tener.
Llénanos de esperanza,
ten seguro a nuestro ingenio,
que infinita sea la confianza
y da calma a nuestro genio.
Te invito a que cuando despiertes
te conviertas en nuestros sueños,
y nunca más te duermas
para que el odio sea pequeño.
El arte a veces muere,
otras veces mata,
y tú ahora eres
la que nuestro corazón rescata.
© Juan Manuel Ledesma Mendoza