Por un sendero rocoso
vaga el vagabundo,
el intenso calor lo está sofocando
en el desierto completamente desierto
gotas de sangre caen en la arena
a la vez que el sigue caminando,
cansado está su respirar
su corazón no puede más;
un paraíso empieza a crear
en su nada aparecen árboles y ríos
montañas y hermoso valles,
la gota de agua que tanto anheló
es su momentánea salvación
el oasis que lo refugió.

Dos dimensiones tan cercanas como lejanas,
un paraíso terrenal en tierra inestable,
dos mundos igual de peligrosos,
luna tras luna aún sigue inmerso
el vagabundo se aferra a su oasis con esmero
como siempre hay que pagar un precio,
y el vagabundo?; se encuentra muerto
su cadáver está en el desierto
siendo devorado por los cuervos.