La villa acaba de amanecer incendiada,
emitió un decreto la orden pontificia,
al presidente le hicieron una llamada,
viene bien dura la orden cardenalicia.

¡Marcelo!, en que te acabas de meter.
Señor presidente, yo no me metí en nada,
nuestra soberanía se acaba de comprometer,
dígale al papa que se deje de macanas,
Fernando Sturla de nuestra villa tomó posesión,
me hice el guapo y desarmé su infiltración.
Marcelo, ¡a mí nadie me dijo absolutamente nada!
Presidente, estamos regalados, no poseemos inteligencia,
pregunto yo, ¿para que existen las fuerzas armadas?,
¡me la juego que no es para impartir justicia!
Y, Marcelo; a esta altura están muy sobrevaloradas.

Marcelo, rumbo a la villa va su abogada,
hazte el fuerte si violaron nuestra soberanía,
la chica en leyes internacionales está formada,
vos que tenés mucha labia déjala en afonía.

Casi no dio la pista de aterrizaje,
para el avión que contrató el Vaticano,
al ella bajar vi que sería largo su mensaje,
¿que carajos rima con Vaticano?
Pérez Pablo me dice que rima pagano.
¡Ay! que tranquilidad Pablito Pérez,
por un momento pensé que dirías ano.
Marcelo, lo pensé, mejor juguemos a los puritanos.

Soy la abogada del Vaticano, me llamo Patricia,
condúzcame de inmediato a ver a Sturla Fernando.
¿Señorita, me dijo que se llama Leticia?
No, Patricia.
¡Ay! perdón señorita Leticia.
Patricia y señora.
Discúlpeme otra vez Leticia señora,
creo que va a sufrir una pequeña demora,
Sturla Fernando está detenido por sedición,
estará incomunicado hasta que llegue la jueza.
Pero si Fernando como persona es todo amor,
es una individuo que tiene tanta delicadeza.
Leticia, no lo siga describiendo porque se parece a Santa,
¿no me diga que es el Robin Hood de los pobres?,
por como aquí actuó parece bastante chanta,
y a los aldeanos les trató como lacras y pichicomes.
¡No soy Leticia, me llamo Patricia!
Enardecida me responde la abogada.
Discúlpeme, usted es quien busca justicia,
se que ha tenido una noche ajetreada.

Pablo Pérez la observa con mucha atención,
es menudita, estilizada y muy bien parecida.
Marcelo… ¡decí de una que es un camión!,
y que está para darle unas cuantas mordidas,
está para hacer con ella una meditación.
Pablo, mirá que ella dijo estar comprometida.
Marcelito, ahí tenés el ejemplo del ex presidente,
dio lo mismo que ellos estuviesen casados,
hoy anda en boca de toda la gente,
pues su mujer lo dejó bien pero bien astado.

Le acabo de ahorrar la burocracia a Patricia,
para que se reúna con su cliente Sturla Fernando,
¡En que pensabas Fernando! actuaste con malicia.
¡Ah!, yo pensé que actué muy pero muy blando.
Fernando, te aconsejo que dejes de ser sanguinario,
en este país venís muy parado sobre los pedales,
¿viste que la iglesia está llenita de sicarios?
en una de esas mandan a secar tus manantiales…
Patricia, ¿dices acaso que me pasarán para el otro lado?
Fernando, te conviene que el jefe no pruebe tu bocado.
Patricia, si lo hace sería una gran descortesía,
con lo que sé de seguro la iglesia se derrumba,
creo que acabamos de hallar al nuevo mesías.

El silencio ganó por completo a la habitación,
¿se estará cumpliendo la profecía no deseada?,
así como viene la mano puede haber una rebelión,
para la orden cardenalicia esto será una bofetada.

Patricia, el joven hace milagros,
lo vi resucitar a una blanquísima paloma,
sin tocarla le sacó la bala del disparo,
el lugar se llenó de aroma de amapolas,
el arcoíris salió sobre el azulado horizonte,
la paloma con sus alas escribió en el aire Jesús.
Caramba Fernando, se nos viene un sismo gigante,
creo que la orden cardenalicia perderá su estatus.

Eso es malo, no dejaran su enorme poder,
son capaces de enjuiciar a este joven,
el mesías contra todos ellos va a arremeter,
ya no dejará que ellos todo se roben,
y encima tengan en hambruna a los pobres.

Patricia, yo por los pobres no pasaré miserias,
sácame de esta jaula para informarle a la orden.
Fernando, creo que has entrado en histeria,
las leyes de este país como que te joden.

Salió del recinto preocupada la Patricia,
me acaba de pedir hablar con el joven y con Pura,
está muy preocupada por la orden cardenalicia,
quedó convencida de que vendrán noches oscuras.

Que Fernando quede aislado de inmediato,
este posee el pensamiento de Judas,
que no intente comunicarse con su patronato,
porque con ellos tiene muchísimas deudas.
Marcelo, llévame ya con la señora Pura.
¿Patricia, y quieres también conocer a Santiago?
Marcelo, vendrán momentos de perder la cordura,
absolutamente nadie nos colmará de halagos,
y si, necesita mi alma conocer a Santiago.

© ®MaFerSca