Resulta que a aquella chica
para prepararse el desayuno
solo le gustaba con huevos blancos
en cambio pasaba de los rosados
porque traían muchas impurezas,
prefería dejar de desayunar
si no contaba con ellos.

Donde vivía no eran fáciles de conseguir,
tocaba caminar varias cuadras
y en ciertos horarios
para encontrar un lugar
donde los vendieran.

Más aún cuando estaba
en casa de sus padres
era imposible hallarlos,
así que le tocaba resignarse
todo el fin de semana
sin los huevos blancos
al desayuno.

Un día él, escuchó esa historia
y esperó a la próxima vez
que ella estaba en casa de sus padres
y viajó hasta ese sitio
a llevarle los huevos blancos
para que no echara en falta
su comida favorita.

Ella sonrió al verlo
estaba tan hermosa, dijo el,
un Instante breve,
no quería interrumpirla,
solo mirarla
con los huevos como pretexto.

Algo simple,
sin importancia, ¿verdad?
o puede un pequeño detalle
encerrar un mundo
de intenciones y de motivos,
puede ser una muestra
del caudal de emociones
que encierra el corazón.

¿Podrá ella notarlo?
o simplemente será otro sueño
que se pierde en el caudal
de anhelos sin cumplir,
al ser solo una trivialidad
ante los ojos de la gente.

© José Luis López C.