Se la dedico a mi querido oni del alma,
mi niño bonito de ojos miel,
mi rey.

Alma y corazón de oro,
Que con su tono triste,
la vida aborrecida tenía,
no sabía que más hacer,
pues todas las noches,
lamentándose se quedaba.

Sufriendo episodios del pasado,
el miedo entre sueños,
sudores fríos y gritos
hacían del descanso un infierno.

Entre la oscuridad hayó luz,
una esperanza azul,
un angelito caído del cielo,
un atisbo de felicidad y cariño,
empezó a surgir en su vacío corazón.

Apaciguados todos los demonios internos,
al servicio de la reina de corazons,
encerrados como en la caja de Pandora,
solo saldrían al ver sufrir a su reina.

Rey de su existencia y sentimientos,
agradecido por la vida,
por tener una segunda oportunidad
de creer en historias de amor.
Dejando a un lado la oscuridad,
el demonio que fue, a ser payaso,
para apreciar la luminosidad
que irradia su angelito de ojos azules con su sonrisa.

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