A veces pienso que conocernos fue nuestra sentencia
mientras trato de acercarme a ti
tú me evitas como la última vez
pero cuando me doy la vuelta
te encuentro buscándome
sabemos que por mi dejaste secar muchas otras rosas,
cuando juntos disfrutamos por primera vez  el florecer de las flores en primavera
después de cientos de solitarios inviernos
nunca pensamos que la intensa luz del Sol acabaría por marchitarlas.

Ante la vaga idea de poder comtemplarte otra vez
mi escaso sentido de la razón se niega con persistencia
gracias a que en mí se han quedado impregnadas
las lágrimas que derramaste por mi culpa tantas veces
como si fuese el delicado pañuelo que tuvo el placer de adsorberlas,
en tantas ocasiones deseé que mi estúpido corazón
no se desvaneciera por esta ideal idea
para no tener que volver a ti y así lograr que renaciera.

Ambos somos partidarios de este juego masoquista
sé que anhelas que vuelva
como yo lo hago,
entonces cuando el reloj marque las 12 estaré contigo
pero mientras tu hogar es abrazado por el fuego
así como el que  tú y yo una vez creamos
en esta ocasión arderá hasta volverse cenizas
y yo arderé con él,
acaso soy egoísta por elegir morir en tu lugar?
si fueras yo lo comprenderías
verte sufrir por mí es verme morir contigo
después de dar muchas vueltas
he decidido ser yo quien fallezca para que logres recuperar tu vida
por lo tanto no te culpes porque la decisión ha sido mía,
pero no te preocupes que desde el infierno rezaré hasta que creas que mi existencia
no fue más que otra de tus fantasías.


© El lado oscuro de la vida