#ClockContemplations
En la calma de la sala, un susurro metálico,
mi corazón late firme, con un ritmo mágico.
Cincuenta y dos veces, en cada danza eterna,
marcando los momentos, como un eco que gobierna.

Veo rostros pasar, en la bruma del día,
risas que se entrelazan, lágrimas en su vía.
Cada segundo que avanza, es un suspiro sutil,
un instante que se escapa, un recuerdo febril.

Las horas se deslizan, en un vaivén constante,
tejiendo historias que el viento hace distante.
Soy testigo mudo de amores y despedidas,
de promesas susurradas y esperanzas perdidas.

Mis manecillas giran, pintando el horizonte,
en cada tic-tac resuena el tiempo que monte.
Soy el guardián eterno de lo efímero y bello,
un reloj que observa el paso del destello.


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