Buscaba una razón, algo que respondiera a mis sentimientos todas sus preguntas, preguntándome a diario desde las sombras si andaba en el camino correcto, sin mi destino estaba sellado, siempre asustado de convertirme en adulto, de crecer, sabiendo que debía elegir entre dos espadas de un mismo filo.

Como tomaría tal decision si estaba tan asustado en el abismo, siempre escondiéndose de la tormenta que se encontraba en mi corazón, corazón que estaba a punto de destrozarse en trozos de porcelana, porcelana que se desvanecía al caer la lluvia de comentarios, dudas, y preguntas.

Hasta que te conocí, a través de ese espejo impuro, y perverso, parte de mi te deseo desde un principio, sin ninguna excusa, mi corazón latía tan fuerte que hasta el más puro sentimiento segmentado sobre mi fe se desvanecía a través de esa ventana por la que a diario yo miraba.

Esos ojos brillantes, y puros y esa sonrisa genuina, que me mostraron una lluvia de meteoros y sentimientos que no conocía.

En otra vida me hubiera encantador ser parte de la tuya con nuestros dedos entrelazados hasta el descansar de la luna, luna que reflejan tus ojos, mi corazón grita sígueme pero mi mente es más poderosa, vamos por un camino de un futuro incierto,

Deseando con fervor ser el indicado para seguirte en tu largo y exitante camino, tienes una luz única una energía que deslumbra como si Afrodita bajara a la tierra semi-desnuda.

Nuestro encuentro fue casualidad, tal ves el destinó, salvaste mi dignidad y mi vida de una manera increíblemente inesperada, eres un jardín en el medio del desierto y el agua que permitiría rosar mis labios, y a la vez el escorpión que podría acabar conmigo, aún siendo una picada deseada, siento un cariño extraño sin siquiera conocerte, pero desde lejos puedo sentir los bondadosos latidos de tu corazón.

Una amistad para toda la vida
Tu amigo
JCM
© Julian Claudio-Morales