A nadie le interesa, lo sé,
estos viejos versos,
depositados con tiempo
sentimientos e ingenio
sobre un blanco y frío papel.

A nadie le interesa, lo sé,
qué le pasa aquel poeta,
cuando escribe estas letras,
en qué le pudo haber pasado
en si llora o ya lo ha superado.
Mientras relata para otros
lo que le sucedió por su piel.

A nadie le interesa, lo sé,
si no lo maquillás de brillante
y lo vendés como el cuento que no es.
Si no le das fama de interesante
y humildemente dejas de lado,
lo que inspiró esos vocablos,
sus significados.

A nadie le interesa, lo sé,
es la ley de la vida,
pensar en uno mismo,
sentir en propia carne y piel.
Paradoja de mi vida,
escribir por necesidad
para contarte mi verdad.
En lo que siento, cada día que pasa
y nadie me dice: te he leído,
¿Cómo te sentís?
Sentí tu tristeza,
contame un poco más.

A nadie le interesa, lo sé,
yo también me dejo de lado,
finjo demencia,
que nada me ha suscitado,
en que ya no siento tristeza,
que la abandone sobre este papel,
y le doy punto a mi sentir.

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