La noche brama como león reclamando su tierra.
Algunos truenos se dibujan allá donde mis manos no pueden tocar.
Brisa fresca se impregna en mis mejillas.
El aguacero cae para mitigar el sofoco del verano.
Y yo estoy sumida en mi silencio.
Entiendo que es parte del proceso.
La lluvia cae para limpiar heridas.
Limpia la suciedad que se estanca a veces en el corazón y en la mente.
Invita a danzar o al refugio de un abrazo que no...