Cuando alzo la mirada se refleja en mis pupilas un sentimiento imperfecto.

Es un tormentoso efecto, complejo y difícil pero tan correcto.

Aunque mi corazón luche una batalla eterna solo para contradecirme, tu mirada cálida me recibe.

Aunque me encuentre desorientada, aunque no sepa la hora y vea pasar las mañanas.

Por las noches cuando el frío me golpea quiero dejar de pensar en ti, deseo que los silencios consuman estos sentimientos.

Mi corazón palpita frenéticamente creando melodías que invaden mi mente.

No se como dejar de sentir, se que voy a morir pero no lo voy a impedir.

Tu mirada conquista mi cuerpo y se funde como el fuego cada que te veo.

Quiero regresar el tiempo y olvidar, aprender a rechazar tu existencia y saberte ignorar.

Pretender que no hay una línea inmensa en el patio de juegos, alejándonos día con día marcando destinos distintos 

Como lo hago, lo arranco de raíz, lo sostengo en mis manos hasta que se desvanezca o dejo que se quede en mi piel como una cicatriz.

Cada que estoy decidida las fichas del ajedrez cambian la jugada y una vez más no se como dejarte atrás, vuelvo a la nada.

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