De amante esta tu sombra, y esta cama en su silencioso descansar admira tu cuerpo hecho de fuertes espermas.

El sol, despacio camina sobre tus hundimientos musculares creando sombra a tu esquelética figura y bautiza tus cabellos con suaves pero terribles gritos que aceleran el viento sobre la tierra.

Los días son ordinarios, y hoy que no estás, mucho más, tus afirmaciones sobre los planetas echaron a volar y además que todo lo que tenias junto a mi, se fue alejando, como esas barcas viejas que se pierden en alta mar.
Quizás las palmas transversales de tus manos dejen de ser agua solamente y penetren sobre los riachuelos lluviosos de nuestro tiempo juntos.

Esa calle nocturna donde tu silencio respiraba tranquilamente sobre las aceras de piedra, fue abriéndose hacia nuestros pasos, dejando el recuerdo inexorable de que las almas no mueren nunca jamás. Y las canciones sin fin que dejaron sus huellas y que ahora ya no están, traslucen tu sombra apoderándose nuevamente de mi vientre, de mi nostalgia y de mi corazón…
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