Ecos de vapor
A veces me encuentro esperando el sueño, con el café incitando a mi lengua corta y mi mente zumbante. Las tres de mañana se desvanecen como el azahar que se pierde en unas bodas de sangre. Y la secuencia inaudita de mi memoria enaltece una nueva osadía: Desahogarme con el ojo abierto y el pestañeo desaforado.
Me veo en mi infancia; un clavo en mi mente, un aleteo de cornejas negras y siluetas de tinta china. Balbuceo saliva de sílabas y a su vez crujen las brisas sin cuerpo. Un pasaje cóncavo donde se amontonan acordes alambrados: un reflejo de mi oído infantil, alimento de mi tartamudeo. Escribo desde el instante en el que la memoria me lo permite, y aún así no logro verlo del todo....
Me veo en mi infancia; un clavo en mi mente, un aleteo de cornejas negras y siluetas de tinta china. Balbuceo saliva de sílabas y a su vez crujen las brisas sin cuerpo. Un pasaje cóncavo donde se amontonan acordes alambrados: un reflejo de mi oído infantil, alimento de mi tartamudeo. Escribo desde el instante en el que la memoria me lo permite, y aún así no logro verlo del todo....