Eres un ser sociable, dónde llegas agradas, encantas, gustas, y gustas a muchos...
Sin embargo, pregunto yo, de ellos...
Quien vería calcetines peculiares y pensaría en ti.
Y más aún, pensaría que a la hora de amar tu querrias esos calcetines.
Quien vería gemelos, y sabría que tu cuerpo está lleno de ellos, con apariencia de puntos de chocolate.
Y más aún, que un día podrías tenerlos, porque en tu familia hay muchos.
Quien vería el cielo, o el mar, y pensaría en ti, y no solo por lo hermosos, sino porque el azul es tu color favorito.
Quien vería mil cuadros adornando las vidas de muchos, y pensaría que salieron que tus preciosas y talentosas manos.
Quien vería una vena brotada, y te recordaría.
Y más aún, sentiría tus manos palpandola mil veces, porque te genera un extraño placer.
Quien reconocería tus sonrisa, tu risa y tus carcajas.
Y más aún, quien sabria lo que pasa en tu garganta cuando no puedes controlar tu expresión expontanea, sonora y hermosa de lo cómico.
Quien vería personas bajo el sol, dejando sus últimos alientos en cada pedaleo, y te vería como uno de ellos.
Y más aún, quien sabria que al final llegarías primera, porque guardas ese último aliento, esa última fuerza, para rematar como si fuera el primer minuto de la competencia.
Quien vería libros de misterios y suspenso, y los relacionaría con tu dulce cara y tierna mirada.
Hoy me atrevería a decir que solo yo.
Porque, quien más podría reconocer tu piel a pesar de la ceguera.
Quien más podría gozar con tu voz y tu sonrisa, a pesar de la sordera.
Quien más podría disfrutar de tu aroma, a pesar de no tener olfato.
Solo yo.
Yo, que te reconocería en cualquier tiempo y cualquier espacio.
Bajo la piel de otra especie.
Bajo el aura de otro ser.
En la distancia de otra planeta, galaxia o universo.
En la imposibilidad de otro tiempo.
Porque aún teniendo otro nombre, otra cara, otro aspecto.
En todos los momentos posibles, solo podrá haber un amor como este, y será el mío por ti, en todas las realidades.