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Caen los inocentes
El mundo es tétrico
cuando se respiran
latidos ajenos,
y la violencia avienta
sus garras que arrancan
la sangre de otro corazón:
Pobre órgano aferrado
a la vida y compasión,
es el pulso de un inocente
cayendo al borde
de una confusión mínima
pero que cuestan la vida
y el amor entero.
Y me pregunto
si el destino existe.
Cuando siento
un aire sepulcral
rodando como un juego,
cuando mi mente ingenua
se topa con la muerte injusta
por una radio a lo lejos:
Campanas que alertan
una llegada mortífera.
Y mis palabras se erizan
porque soy ajeno a mi piel,
viviendo en el pelaje
de una bestia salvaje.
Porque mis pies
no logran pisar
esta tierra de nadie.
Mi alma es indecisa
y se asfixia
bajo aguas cotidianas
que todo lo consumen.
En brazos de una muerte,
sabia y experta
en bañar la sangre pálida.
Y la siento desconocida
aunque pretende
ser bondadosa.
Pero que existe
y es un lado
que me remueve
y me deja perdido.
Es lo triste
de ser humano
y vivir encerrado.
Soy trivial en el plano,
y de nuevo terco
y absorto en hallar
sentido para lo atroz.
Buscando agujas para coser,
aunque sea de trapo,
un segundo corazón.
© All Rights Reserved
cuando se respiran
latidos ajenos,
y la violencia avienta
sus garras que arrancan
la sangre de otro corazón:
Pobre órgano aferrado
a la vida y compasión,
es el pulso de un inocente
cayendo al borde
de una confusión mínima
pero que cuestan la vida
y el amor entero.
Y me pregunto
si el destino existe.
Cuando siento
un aire sepulcral
rodando como un juego,
cuando mi mente ingenua
se topa con la muerte injusta
por una radio a lo lejos:
Campanas que alertan
una llegada mortífera.
Y mis palabras se erizan
porque soy ajeno a mi piel,
viviendo en el pelaje
de una bestia salvaje.
Porque mis pies
no logran pisar
esta tierra de nadie.
Mi alma es indecisa
y se asfixia
bajo aguas cotidianas
que todo lo consumen.
En brazos de una muerte,
sabia y experta
en bañar la sangre pálida.
Y la siento desconocida
aunque pretende
ser bondadosa.
Pero que existe
y es un lado
que me remueve
y me deja perdido.
Es lo triste
de ser humano
y vivir encerrado.
Soy trivial en el plano,
y de nuevo terco
y absorto en hallar
sentido para lo atroz.
Buscando agujas para coser,
aunque sea de trapo,
un segundo corazón.
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