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Perdimos
Te amaba con toda mi alma,
con celos; te amé como quise.
Con cada manía y defecto,
como sé que vos no pudiste.
No sé qué fue lo que creamos.
Lo que fuera, vos lo destruiste.
¿Callabas porque no me amabas?
¿Me amabas y no lo dijiste?
Dicen que el amor ciega,
pero ahogada en lo que viviste
eras vos la ciega al amor.
Te amé y nunca lo supiste.
No era química, sino químico;
suero letal, y en un despiste
se desvaneció tras tenue agonía
el amor que jamás tuviste.
La crisálida deja el capullo,
ante la privamera se desviste.
Vos mariposa y yo tu refugio:
al salir a la luz me rompiste.
También anhelabas cariño;
me parte, sé lo que sufriste.
Mas igual que vos llevo cargas;
dos vidas teñidas de grises.
Una vez más te decepciono,
lo noto en tu mirada triste.
Te hiero, y ya no entiendo cómo.
Te amaba y no lo comprendiste.
Te amé aunque me destrozabas,
¿te das cuenta lo que perdiste?
¿No? No te perdés de mucho.
No duele si nunca quisiste.
Por orgullo ambos extraviamos
a ese amor invisible, y creíste
que yo nunca traté de cuidarlo
nomás porque jamás lo viste.
Te amaba con toda mi alma;
con celos, te amé como quise.
Y ahora, en soledad, me queda
la memoria, el saber que lo hice.
© Sanctum
con celos; te amé como quise.
Con cada manía y defecto,
como sé que vos no pudiste.
No sé qué fue lo que creamos.
Lo que fuera, vos lo destruiste.
¿Callabas porque no me amabas?
¿Me amabas y no lo dijiste?
Dicen que el amor ciega,
pero ahogada en lo que viviste
eras vos la ciega al amor.
Te amé y nunca lo supiste.
No era química, sino químico;
suero letal, y en un despiste
se desvaneció tras tenue agonía
el amor que jamás tuviste.
La crisálida deja el capullo,
ante la privamera se desviste.
Vos mariposa y yo tu refugio:
al salir a la luz me rompiste.
También anhelabas cariño;
me parte, sé lo que sufriste.
Mas igual que vos llevo cargas;
dos vidas teñidas de grises.
Una vez más te decepciono,
lo noto en tu mirada triste.
Te hiero, y ya no entiendo cómo.
Te amaba y no lo comprendiste.
Te amé aunque me destrozabas,
¿te das cuenta lo que perdiste?
¿No? No te perdés de mucho.
No duele si nunca quisiste.
Por orgullo ambos extraviamos
a ese amor invisible, y creíste
que yo nunca traté de cuidarlo
nomás porque jamás lo viste.
Te amaba con toda mi alma;
con celos, te amé como quise.
Y ahora, en soledad, me queda
la memoria, el saber que lo hice.
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