...

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Esperanza
Trato de abrir una brecha
entre la palabra y el secreto
para romper este mutismo ilimitado
donde nos vamos hundiendo en imágenes las entrelíneas
de un espasmo o el movimiento furtivo de la sombra,
que puede ser residuo de un destello celeste.

Copio un modelo
de vida apretada en un puño,
un beso que quiebra un pan
y el vacío se suspende en una frase.
Una palabra pierde el equilibrio
y canta una disonancia: Es el modo
con que practico el infinito,
ese préstamo sin garantías
de esta realidad.

Se ha borrado el color de la añoranza.
Aparece un olvido lento y necesario,
que da paz. Escribo con la lógica
en el lugar de mi silencio
que me hace desertar
de los recuerdos. Quizás
emprender días más lentos
donde escasee el fruto del deseo
y las horas no duelan por la simple
querencia de una piel. No olvido
que soy una visita en esta vida
y le dejaré al marcharme
la gracia de mis restos.

Voy llegando al final,
a la palabra nada
un último misterio,
la página que ya no se enumera.
Quizás ahora quede
esa zona abierta
como una palpable esperanza.

© Roberto R. Díaz Blanco