Jesucristo en mi soledad
Ya no camino en las calles como esperando encontrarte,
sé que no vas a volver y tampoco voy a buscarte,
te deseo el bien donde estés, poco a poco se me olvida aquella vida compartida que me dejó un gran estrés.
Jesucristo me acompaña, con el hablo cada noche,
me da esa paz infinita cuando recaigo en desorden,
le pido que te proteja, ya estoy harto de rencores,
todo queda perdonado si es que algún día me fallaste.
No estoy rogando que vuelvas ni buscando algún reencuentro,
me ha costado extraviarme a mi mismo y encontrarme muerto,
pero por suerte el lamento desde siempre ha sido juez,
de lejos miraba el peligro y jamás me acobardé.
Me quedé con disciplina firme esperando...
sé que no vas a volver y tampoco voy a buscarte,
te deseo el bien donde estés, poco a poco se me olvida aquella vida compartida que me dejó un gran estrés.
Jesucristo me acompaña, con el hablo cada noche,
me da esa paz infinita cuando recaigo en desorden,
le pido que te proteja, ya estoy harto de rencores,
todo queda perdonado si es que algún día me fallaste.
No estoy rogando que vuelvas ni buscando algún reencuentro,
me ha costado extraviarme a mi mismo y encontrarme muerto,
pero por suerte el lamento desde siempre ha sido juez,
de lejos miraba el peligro y jamás me acobardé.
Me quedé con disciplina firme esperando...