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Los nombres y las caras del amor
El amor tiene muchos nombres, muchos olvidados
y con cada nombre, siempre te enseña algo
(voy a intentar que la lista sea en orden cronológico)

De joven era un persona(je zu)mamente molesto
pero me enseñaste a ser más tranquilo
y guardaste algunos de mis versos en papel
en un cajon, que con cariño te dedicaba

Luego soñaba arriba de mi almoha(da i)nerte
y entendí otras formas de amar
me enseñaste que se podía vivir de otra forma
también qué cosas se pueden hacer con tan poco
me enseñaste a siempre estar con mis amigos
y por encima de todo, a no ser un forro

Muchas veces perdía, pero había también (victoria)s
ganaba mucho aprendiendo del arte
y apreciar lo bello por encima de lo lógico
a qué con una camara podías adueñarte del mundo
y hacerlo más bello y colorido

(Pau)latinamente empecé a entender
que las cosas no son como uno espera
que el amor viene de alguien inesperado
y que a veces en un teatro, toca ser el público

Aunque el cielo sea (celeste) y blanco
a veces tomaba colores anaranjados
llenos de tardes de mates y de charlas
me enseñaste que el amor no juzga
y que a veces no es correspondido

Antes caminaba curvado
pero me enseñaste a caminar er(guido)
a mirar las cosas desde otro ángulo
y a no tener prejuicios de ningún tipo
a dejar fluir la vida y aceptar la muerte

Ahora viene la cara más importante
pensé que te a(maria) toda mi vida
pero mis demonios no se alejaban
me enseñaste lo que significa amar plenamente
a entregar mi corazón y muchísimas cosas más
que no podría ni enumerar en tan poco espacio

(Ana)lizo todas mis conductas
y me equivoqué mucho a lo largo de mis vínculos
me equivoqué mucho, gracias a vos
y por eso aprendí también
cómo no debo hacer las cosas

(ahora se deberia repetir un nombre,
que no voy a nombrar)
pero,
me enseñaste a respetar los tiempos de otra persona,
me enseñaste todo lo que puedo perder,
cuando el amor se oculta y no se hace verbo
me enseñaste que tengo que ser más valiente
y escuchar mi corazón, no callarlo
aunque sepa que no tiene rumbo ni futuro

Mi vida era un tor(bellino) en esas épocas
pero aprendí a apreciar más la vida,
la naturaleza, las plantas y la tierra
que un incendio forestal no tiene porqué ser una tragedia
y que a veces somos espectadores de nuestra propia autodestrucción

H(ay ma)s para contar, pero no hay tanto tiempo
me enseñaste que lo fugaz también es hermoso
que ni la distancia ni los recursos son un problema
y que a veces las serendipias sorprenden

(probablemente cambie algunas cosas en el futuro o vaya actualizando la lista, quien sabe)