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La quimera de Rita.
Floreció un soleado día,
sin saber ella que era efímera,
vivió con solapada alegría,
decidió arder en la hoguera,
no dimitió a su irreal fantasía,
aunque fuese esta su quimera.

Era tersa, brillante y hermosa,
la besaba el sol al amanecer,
cada día se sentía dichosa,
Chronos la comenzó a envolver,
aun así, se percibió como diosa,
y se llenaba de perfumes de mujer.

Vivió su vida a toditita velocidad,
en la noche le proveía halagos la luna,
y la coronaba como su luz y santidad,
era sublime su concebida fortuna,
las estrellas le conferían su blancura,
aguardó a su príncipe en su laguna,
para obsequiarle su indivisa ternura.

Ya comenzó su corta adolescencia,
espera de su delfín una ansiada visita,
el sol besa su aún instalada inocencia,
es tan ingenua esa bellísima señorita,
su cielo ya explotó su colorida pirotecnia,
en su ensoñación mansamente se marchita.

Chronos golpea su puerta, ahora le visita,
el Dios en su calendario las fechas le edita,
no salió al mundo por soñar formas chiquitas,
sus níveos pétalos al suelo ya se precipitan,
acaba de vislumbrar la vida y el tiempo Rita,
divagando en su utopía ella ahora medita.

Deseosa de agua ya no especula con citas,
en una copa y moribunda de sed ya ni grita,
se te voló tu sueño y tu tiempo él le musita,
fuiste del vergel tan tierna, dulce y bonita,
efímera permaneciste tan, tan pequeñita,
tu silueta ya no percibe a aquella jovencita,
se deshojó de a poco y sin llorar la margarita.

© ®MaFerSca