En el rincón más oscuro de mi ser,
donde la luz lucha por penetrar,
yacen emociones que no puedo revelar,
clandestinas, como estrellas al amanecer.

Susurros de pasión que no puedo expresar,
se esconden tras la máscara de la normalidad,
anhelos prohibidos, deseos sin confesar,
viven en silencio, en la más profunda intimidad.

Como el viento que acaricia la mar en calma,
así rozan mi alma, sin dejar huella ni alarma,
son las lágrimas que no se atreven a caer,
los sueños que en la sombra deben permanecer.

Pero en la noche, cuando todo está en paz,
esas emociones clandestinas, al fin, dan su abrazo tenaz,
y en mi corazón, encuentran su voz,
liberadas al fin, bajo el cielo veloz.

Que aunque ocultas, son el motor de mi existir,
sin ellas, ¿qué sería de mí?
Emociones clandestinas, mi secreto jardín,
donde florece la vida, donde empiezo y termino, al fin.
© Benjamin Noir