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Caminando
Caminando, escaleras abajo,
por la noche transitaba;
sin elocuencia, sin creencias
de encontrar el claro mañana…
Simplemente avanzaba;
con una mano en el bolsillo
y la otra con un cigarrillo
ya sabes; de marihuana…
A la vuelta de la esquina
un hombre de edad,
a lo que algunos llaman:
hombre alejado de la sociedad;
vagabundo sin más…
Paso cerca de mí y agachó su cabeza,
tal vez por la costumbre
de ser olvidado por “naturaleza”.
Buenas noches -le dije-,
con sorpresa y cierta nobleza
me dijo -buenas noches mijo-
y, por azares de la existencia,
entablamos una conversación;
en noches sin estrellas,
iluminados por el pobre faro
que adornaba la acera.
Fumamos, conversamos,
reímos y nos lamentamos…
“La vida es dura”… -me decía-
“Y también bella”… como este
momento, en la noche que palidecía.
Una fumada más; una mirada infinita,
un abrazo en la cercanía,
y nuestros caminos se separaron…
Caminar, experimentar;
aprender a respetar,
que las vueltas de la vida
a una esquina, pueden estar.
© ~Cris - Tian~
por la noche transitaba;
sin elocuencia, sin creencias
de encontrar el claro mañana…
Simplemente avanzaba;
con una mano en el bolsillo
y la otra con un cigarrillo
ya sabes; de marihuana…
A la vuelta de la esquina
un hombre de edad,
a lo que algunos llaman:
hombre alejado de la sociedad;
vagabundo sin más…
Paso cerca de mí y agachó su cabeza,
tal vez por la costumbre
de ser olvidado por “naturaleza”.
Buenas noches -le dije-,
con sorpresa y cierta nobleza
me dijo -buenas noches mijo-
y, por azares de la existencia,
entablamos una conversación;
en noches sin estrellas,
iluminados por el pobre faro
que adornaba la acera.
Fumamos, conversamos,
reímos y nos lamentamos…
“La vida es dura”… -me decía-
“Y también bella”… como este
momento, en la noche que palidecía.
Una fumada más; una mirada infinita,
un abrazo en la cercanía,
y nuestros caminos se separaron…
Caminar, experimentar;
aprender a respetar,
que las vueltas de la vida
a una esquina, pueden estar.
© ~Cris - Tian~
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