ahí está delante de mi
Ahí estaba , como cada semana. Tenía un aspecto deshecho, unas ojeras increíblemente marcadas por las noches de insomnio y ansiedad. Tomó un cerillo para encender una vela, Y lo apretó tan fuerte como si fuera a iniciar la llama del infierno. Era una madrugada cualquiera de abril, donde no hacía el frío suficiente para un jersey, y tampoco un calor que mereciera la desnudez con la que solía sentarse en su sillón a leer.Sonaba algo de música instrumental de fondo. Eligió por compañía una botella de vino, y esta vez pensó que seria mejor un blanco semidulce para restarle amargor a su vida. Pasadas 2 copas no pudo mantener a raya esa voz que siempre la interrogaba. Era una mujer de aspecto similar, que vivía en su mente o...