Jesús Santiago llegó al Vaticano,
mira asombrado, está deslumbrado,
ante la opulencia se siente enano,
su actual sentir es bastante complicado.

Le acaban de presentar al actual papa,
a Jesús le besa la mano de agricultor,
Joshua rápidamente crea un mapa,
algo le susurra a su traductor.

Él nunca pretendió fundar una religión,
sabe las barbaries que se cometieron,
los cardenales le llenan de flores su balcón,
mientras el mesías los mira con cara de socarrón.

Sus instalaciones sí que son muy bonitas,
me sorprende todo lo que han ustedes logrado,
¿ésta basílica acaso está muy pero muy bendita?
Jesús le inquiere al papa, tiene sus ojos tentados.
¿O tiene botines que en mi nombre saquearon?,
cuidado con vuestra respuesta, sea honrado.

Vea su merced, soy el sucesor de San Pedro,
no puedo responder por las cruzadas,
apenas llevo yo en el trono un lustro,
y encima mi gestión se ve siempre boicoteada.

Explíquese sucesor de Pedro sin miedo alguno,
le está hablando usted a un fiel cordero,
tranquilo, le está quedando el pelo lobuno,
oír toda su verdad ahora yo le requiero.

¡Esto se está poniendo bastante fulero!,
¡ni una novela turca le pone tanto esmero!,
se están por derrumbar más de mil cleros,
¿quedo como el orto si me declaro ateo?
Pregunta Pérez Pablo vestido de bombero.
¡Pablo, quítate ya esa roja vestimenta!
baja un poquito ese ego, yo te lo ruego.
disimula un cacho que hay flor de tormenta.
Marcelo, estoy listo para apagar el fuego,
me parece que se a quienes incendiará,
nuestro benemérito y santísimo pontífice,
está clarísimo a quienes les sacará la máscara,
de la faltas de reformas él sabe sus artífices.

Padre Jesús, la iglesia estancó sus reformas,
por un grupo de personas llenas de codicia,
en mi final testamento ya estampé mi firma,
la iglesia está corrompida por la orden cardenalicia.

En la basílica quedó un silencio de apartar caballos,
mientras Pérez Pablo para hablar toma coraje,
en ese preciso momento cantó un negro gallo,
como para que quede bien lúgubre el paisaje.

¡Hace siglos que se los estoy diciendo!,
¡que era bien falso el inocente cordero!,
siempre lo dije y sostuve, ¡jamás tuve miedo!
pero todos me trataban de loco pordiosero.
Pablo, ¿así que sos eterno de viejo?,
no se te nota, tu pelambre no tiene ni canas.
Marcelo, en otra sátira te explico con un festejo,
ahora déjame disfrutar desenmascarando las sotanas.

Somos una orden demasiado poderosa,
Jesús, recuerda que ya te asesinaron en una cruz.
Habla un viejo cardenal de forma no amistosa.
A muerte me condenó mi propio pueblo judío,
morí por socialista en la tierra del pueblo palestino,
ya no soy el que fui, y a ustedes les desafío,
y que cada uno padezca su destino,
pero les aclaro, como cordero no me traten,
más bien piensen que soy un lobo gigante,
los pecados de la iglesia les ruego que acepten,
o en el infierno van a cambiar vuestro semblante.

Santo pontífice, ¿porque no ha condenado a los judíos,
por el sistemático genocidio del pueblo palestino?,
en las iglesias no han encendido ni los cirios,
en respuesta a los sionistas asesinos.

Señor Jesús, ellos se creen el pueblo elegido,
en cada país del mundo hay un judío importante,
después del genocidio nazi no se sienten perseguidos,
hasta a la corte de la Haya la cuestionan desafiantes,
por décadas se han por completo victimizado,
pero el lobo siempre porta piel de cordero,
toda una trama han hilado y perpetuado,
poco a poco el sionismo probó un dulce bocado,
ahora son asesinos crueles y malvados,
colonos con cualidades de vampiros,
llevan consigo la Torá esos fundamentalistas,
a los palestinos a bombas no les dan respiro,
y quienes protestan para ellos son antisemitas.

Vosotros sois cómplices de viles asesinatos,
tienen las manos manchada de inocente sangre,
actúan como cobardes y como insensatos,
en sus labios tienen gusto a vencido vinagre,
¡matan por miles a quienes son también mis hermanos!,
¡que el cielo sea su eterno reino!,
para las mujeres, niños e inocentes adultos palestinos,
y que padezca su castigo el sionista pueblo tirano.

Jesús desde el Vaticano se transmutó a tierra santa,
se puso a predicar en una fastuosa sinagoga,
sobre su brillante cabeza llevaba una manta,
a los rabinos le pide que no usen palabras demagogas.
Paren esta matanza, o en treinta lunas aullará una loba,
ese será el anuncio de que llegarán los siete jinetes,
en el cielo brillará una gran supernova,
y ustedes no serán parte del final banquete.

A Pérez Pablo le quedó el pelo erizado.
Que pasó Pablo, ¿estás cagado?
Marcelo, a veces pareces bastante enfermizo,
Jesús va a dejar a la Tierra en estilo cuadrado.
¡Ay Pablo!, te diré algo con mucha franqueza,
Jesús dijo que estaba harto de la pobreza,
que su idea era vivir en total opulencia,
si acaba al mundo con una nuclear guerra,
y concluye con toda la vida sobre la tierra,
¿quién le va a llamar su alteza?,
¿a quién le hará alardes de su riqueza?,
¿y que pobres le servirán la mesa?

Jesús regresó a la junta del Vaticano,
ya tiene un plan perfectamente delineado,
ha decidido reducir su enorme rebaño,
hay una orden que ya no serán mimados,
acaba de apuntar con firmeza sus misiles,
siglos y siglos actuando con tanta codicia,
usaron a Dios para matar, torturar estos viles,
hoy Él destruirá a la orden cardenalicia.
Se acaba de sentar en el trono de Pedro,
al momento comenzó un terremoto,
los cardenales se han ido al infierno,
el Pablo se acaba de subir a una moto,
piensa que se podrá escapar de este invierno.

¡Pérez Pablo!, ¡siempre luchaste contra esta inmundicia!
¡y ahora huyes en un momento históricamente decisivo!
Señor Jesús, acabada está la orden cardenalicia,
¡además si huyo, mi mamá tendrá un hijo vivo!
Sabias palabras para un ratón de dos mil años,
me caes bien, has sobrevivido siendo oportunista,
¿es cierto que eres extremadamente tacaño?,
me dijeron que ni ayudabas a tu abuelita.
Señor redentor, hijo de Dios, regalador de amor,
con su poder, acaba de mover la placa tectónica,
se nota que tiene un sentimiento abrumador.
Pablo, no entiendo para donde llevas el guion,
¡vos sos capaz de dirigir una sinfónica!
Señor Jesús, ¡calle!; o despertará al Guasón…
no hable tanto de mi porque mejor me perjudica.

Bueno, vamos terminando la sátira,
ya se están cansando mis pobres manos.
Don Marcelo, ¿sabés que mi hermana te admira?
pues escribiendo eres buen y afinado artesano.
Mesías Jesús, mientras su hermana no sea hiena,
yo hasta me convierto en buen cristiano.
Marcelo, te advierto que lleva muertos una docena,
si no aguantas hay una tumba acá en el Vaticano.
Uppsss, se te acaba de poner el viento de frente,
Marcelito, vamos a ver si batallan tus poemas,
confío en ti, te tengo por muy valiente.
Pablo, rendirse nunca, retroceder jamás,
desde mi adolescencia ese ha sido mi lema.

© ®MaFerSca