Una vez alguien me dijo
“Recuerda que nada puede atrapar
al tigre que llevas dentro”
Con ojos llorosos, al salir
al encuentro de la muerte.

Que nadie trate de definirme
que mis creencias solo dicen
cuáles son las de los demás.

Que soy ambiguo
que ni yo me entiendo a mí mismo.

Que no es la vida
el sucederse de desgracias
sino lo que hay más allá del muro.

¿Y qué razón tenía
para hablarme con tanto odio?

Bien, es la verdad.
Si la evitas viene a por tí,
como un cuchillo
guiado por un silbido.

¿Y quién me entiende?
Lo sé.

Cuando escribo oigo
rap en mi interior
Cuando escribo
siento que las musas me apuñalan.

No son mis musas
bellas doncellas,
sino monstruos pegajosos
que se arrojan desde mis ojos.

Indefenso
estoy ante este tigre,
ante este monstruo,
ante esta luz que me deslumbra.

Miro en mi interior
y no sé
cuál es la parte de mí que
sigue luchando

Si no me queda nada
y esta bestia
solo me arrastra
hacia el abismo.

Pero yo aquí estoy,
construyendo puentes rotos
que me llevarían
a islas inocentes.

“Pero recuerda,
nadie vuelve a Dreamland
ni aunque la pague con su vida”

¿Pero qué haces?
No me queda nada,
desviaste mi estocada,
pero aquí sigo.

No he muerto.
No puedo morir
ni en un millón de años.
Ese es mi castigo.

¿Te regodeas
ante mi indecisión,
ante mi impotencia arrastrante?

Pero luego,
el tigre me abraza,
se convierte
en mi Santo Grial.

Algo que buscaré
y de lo que encontraré solo un poco,
para no quitarle
todo el sentido.

Ojalá lo hiciera,
Pero no.
Este tigre
solo me guía
a cinco pasos de mí.

Más allá del abismo.
En lo desconocido.
Y bien, ¿qué hago si el tigre
que habita en mi interior
es la muerte sonriente?

¿O es solo mi muerte
un pase para la felicidad,
y la verdadera muerte
se halla detrás?

Solo me queda una cosa:
intentarlo.
¿Qué hay en el abismo?
Casi seguro que allí solo estoy yo...
En el mar infinito...

#lagranred
© JoMateix