El colibrí guarda sol en su plumita,
para llevárselo a su flor en días nublados,
ella agradecida lo coloca en su ermita,
él a ella hace rato le dejó su amor declarado.

Ese eterno novio se siente tan mimado,
se para frente a ella y la queda observando,
ella embobecida lo hace sentir pleno y adorado,
es por ello su alegría, jamás se siente abandonado.

Suspendido en el vuelo se comporta galante,
un beso francés él entrega aprobado por la rosa,
ese visitante es un comandante y devoto militante,
con su mirada contagiosa le proclama como diosa.

Ella lo embruja con su dulce fragancia penetrante,
el tórrido verano la evangeliza esbelta y hermosa,
ella toda suspira, al verle llegar vestido de diamante,
se desmayan sus pétalos cuando le dice mi amorosa,
a diario la visita con su lánguida lengua cautivante,
del rosal ella se convirtió por lejos en la más famosa,
zoom, zoom le dice el escarlata con sus alitas bailantes.

Viven su amor a la vista del universo sin tener censura,
que el final de esta dadivosa historia la escriba el lector,
¿acaso tendrá un triunfante final feliz esta aventura?,
que rumie el leyente, y lo trascriba creyéndose el escritor,
y que dé nombre a la oda si se imagina recibido de doctor.

P.d: ¿que nombre le darías?
© ®MaFerSca