¿CONTINUE?
Tú eras un fuerte huracán y yo una erupción volcánica imparable. Eras una tormenta eléctrica y yo era un tsunami arrasador. Todo se asemejaba de forma contundente y nuestros días estaban contados si nos soltábamos sin preámbulos. Estábamos aferrados a nuestro inentendible amor… cada beso que nos dábamos era signo de deseo. La mirada nos delataba cuando nuestros cuerpos ardían por la necesidad de estar unidos… yo dentro de ti y tú sintiéndome y sosteniéndome desde fuera para no soltarme nunca más. Todo eso quedó varado y nos desprendimos por odio y remordimiento. El deseo era tan férreo e imposible de...