Por ti, cruzaría cualquier sombra,
me entregaría sin dudar al filo de las tormentas,
sin más escudo que este amor que me consume
y me hace, de algún modo, eterno.

No hay fuerza en el universo que iguale
a este latido desbordado que despiertas.
Porque si alguna vez me encontré perdido,
fue tu voz la que me hizo hogar,
fue tu abrazo el que moldeó cada parte rota,
cada cicatriz antigua que tu amor transformó en esperanza.

Tú, que eres más que un sueño,
que eres más real que mis propios huesos.
Si me pidieras la...